Quizá no cabe, ni suma, pero esta tan de moda !!! y al hablar de moda siempre me remito al acto arquitectónico, por defecto,por costumbre, por lo que sea !. El acto de envidia se palpa, se siente.....enrarece el aire, y se deja ver claramente a todas luces, igual que la arquitectura...no se puede esconder un edificio horroroso de nadie. Lo mismo es la envidia, así que le dedicaré un apartado no por que sea importante...sino por lo visto, aprendido y sobre todo, percibido. Vamos al tema entónces.
La envidia, es considerada pecado capital, ya que genera otras...."situaciones" muy particulares e inherentes al vicio. Se le llama capital por la magnitud, porque rompe con el amor al prójimo que tanto promueve Jesús.
Dante Alighieri en el poema de El Purgatorio, define la envidia como " Amor por los propios bienes, pervertido al deseo de privar a otros de los suyos"
La envidia es definida por la R.A.E como la tristeza o pesar del bien ajeno y la emulación, deseo de algo que no se posee.
Al envidioso no le agrada la felicidad del otro, ni los éxitos que tenga o los bienes que posea y se perfila como la "madre del resentimiento". Ese deseo que carcome a la persona y que busca que al otro le vaya no sólo peor...sino de la patada....que se dé en la mera crisma en todo su esplendor !
Cuando el envidioso ( a) desea poseer lo que el otro tiene, su obsesión se traduce a un sentimiento de desagrado por no tener ese "algo", ya sea material o intelectual. Obstaculiza, murmura, inventa....y planea en lo oculto....se especializa en clavar puñales a tus espaldas. El envidioso envidia hasta lo inferior !
Lo interesante es que el ser envidioso sin quizá saberlo evita su felicidad. La persona se sume en una profunda amargura, y alimenta el deseo de producir el mal....se alegra del mal de otros, de los fracasos, pérdidas o enfermedades.
Visto desde la perspectiva psicológica muestra una peculiaridad, el acto de envidia se disfraza, se oculta y no sólo ante terceros , sino también ante sí mismo.. La forma de ocultarla más usual es la negación: se niega ante los demás y ante si mismo el hecho de .....sentir envidia.!!!
La envidia revela una deficiencia de la persona, del ser envidioso, que no está dispuesto a admitir. Si el envidioso estuviera dispuesto a saber de sí, a reconocerse, asumiría ante los demás y ante sí mismo sus carencias. Si, el envidioso es una persona llena de muchas carencias, de todo tipo, forma, color y...peso !
La dependencia unidireccional del envidioso respecto del envidiado persiste aún cuando el envidiado haya dejado de existir. Y esta circunstancia –la inexistencia empírica del sujeto envidiado y la persistencia, no obstante, de la envidia respecto de él-descubre el verdadero objeto de la envidia, que no es el bien que posee el envidiado, sino el sujeto que lo posee.
1 comentario:
Ladrar a la luna
¡No desmayes jamás ante una guerra
de torpe envidia y miserables celos!
¿Qué le importa a la luna, allá en los cielos,
que le ladren los perros de la tierra?
Si alguien aspira a derribarte, yerra
y puede ahorrarse inútiles desvelos;
no tan pronto se abate por los suelos
el Escorial que tu talento encierra.
¿Que no cede el ataque ni un momento?
¿Que a todo trance buscan tu fracaso?
¿Que te cansa el luchar..? ¡No lo disputo!
Mas oye, amigo, este refrán de paso:
¡Se apedrean las plantas que dan fruto!
¿Quién del árbol estéril hace caso?
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